Martes 14 de julio del 2009 : Dejamos Santa Cruz para ir hacia Cochabamba, 3ra ciudad del país. Tomamos la ruta vieja que nos hace pasar por la precordillera subiendo hasta más de 3.600 metros y atravesando "Siberia", un verdadero bosque de neblina y lluvia constante. Pronto el viento y el barro van a cambiar el color de la camioneta. A 2.000 metros de altitud y a unos pocos kilómetros de la ruta, acampamos en Pojo, un pueblo encantador que gracias a su ubicación se mantiene auténtico.

En Cochabamba nos espera Matthias, de orígen alemán pero que habla perfectamente francés y que vive desde hace 4 años en esta ciudad de clima ideal, ubicada a 2.700 metros de altura. Marlene y Matthias nos reciben en su gran casa, su hobby es ayudar a los "overlanders" con la reparación de sus 4x4.

Bolivia y Venezuela son los únicos dos países de Latinoamérica que comercializan nuestro modelo de Toyota, la HZJ78, por lo tanto es fácil conseguir repuestos y estos cuestan diez veces menos que en Europa.

Aprovechamos entonces nuestra estadía en lo de Marlene y Matthias para hacerle un service a fondo a nuestro vehículo en lo de un mecánico amigo de Matthias
¡Nos parece increíble la "dedicación" que pone Matthias en ayudar a los viajeros con 4x4 de un modo totalmente desinteresado! Pasará días enteros con nosotros recorriendo la ciudad en busca de los repuestos que necesitamos.

Mientras nuestra camioneta está en el mecánico, Matthias, de paladar refinado, nos preparará todo tipo de exquisiteces europeas (foie gras, pato a la naranja, goulash con spaetzle, carne a la cacerola con papas a la crema, lenguado con eneldo y además todo servido con cubiertos Christofle). Creemos estar soñando!!!
Es cierto que no tenemos mucho de que quejarnos en general pero nos pareció un modo más que agradable de comenzar nuestro segundo año de viaje sobre el continente americano.

Esta pausa también nos permitió curarnos las gripes pues estando en Santa Cruz nos contagiamos de la famosísima gripe porcina , la H1N1, que por suerte no resultó tan grave para nosotros pues somos personas sanas en general, igualmente Gwendolyn la agarró bastante fuerte, con picos de fiebre de hasta 39,5°, yo la tuve mas liviana. Finalmente repuestos estamos listos para continuar el viaje.

24 de julio : ya hace 8 días que estamos en lo de Marlene y Matthias, la 4x4 está pronta, nuestras papilas gustativas deleitadas, es tiempo de seguir descubriendo Bolivia. Tomamos la ruta en dirección a Sucre, capital administrativa del país, para acercarnos hacia la cordillera de Los Andes.

Llegamos a Sucre, luego de medio día de viaje, Sucre tiene fama de ser la ciudad más linda de Bolivia y es el corazón simbólico de la nación. Es en Sucre que se declaró la independencia del país el 6 de agosto del 1825. La Paz hoy en día es la sede del gobierno y el centro financiero pero Sucre sigue siendo la capital constitucional. Esta ciudad que supo conservar su bella arquitectura colonial, está inscripta en el Patrimonio Mundial de la UNESCO desde el 1991.
El monumento más representativo es la Casa de la Libertad, en la que se firmó la declaración de la independencia, hoy en día está clasificado como monumento histórico. El objeto más destacado del museo es un busto de madera de Bolívar, "el Libertador". Recorremos tranquilamente la ciudad, que nos impresiona por su ambiente distendido, cenamos sobre la plaza principal y luego dormimos dentro de la camioneta en la calle, frente a la "Policía Turística", garantizándonos así una casi total seguridad.

Nos toma 5 horas ir de Sucre a Potosí, una ciudad situada a más de 4.000 metros de altura. Por suerte el haber pasado una semana a 2.800 metros de altura en Cochabamba nos fue aclimatando y nos permite soportar mejor estas altas altitudes. La historia de Potosí está íntimamente ligada a la extracción de la plata.
Mientras parecía que las minas eran inagotables, la ciudad se trasformó en la más rica de América pero cuando el filón comenzó a extinguirse la ciudad cayó en la decadencia y la pobreza. El mineral se extraía en condiciones abominables para los trabajadores, los que visitan las minas hoy en día todavía se horrorizan. La ciudad en sí, con sus iglesias suntuosas, su arquitectura colonial elaborada y sus sencillos y acogedores habitantes, es una maravilla.

El mercado, frente a la estación de ómnibus es un espectáculo por si mismo; nos pasamos varias horas, en la 4x4, descubriendo la animada vida de los bolivianos que llegan en los ómnibus locales (colectivos) para hacer las compras. Parece una escena de película que se desarrolla delante nuestro en la que los colores y los trajes tradicionales están omnipresentes. Luego los colectivos parten hacia pueblos lejanos, transportando dentro de ellos toda clase de mercaderías.
Asistimos con estupor a la colocación de un sarcófago en el techo de uno de ellos que seguramente sería utilizado para un entierro en algún pueblo. Al caer la tarde un lugareño nos dejó estacionar la camioneta en su patio para poder dormir a salvo. Al día siguiente por la mañana visitamos la ciudad y sus 80 iglesias coloniales, una más linda que la otra.

Lunes 27 de julio del 2009 : Luego de visitar Potosí, abandonamos las "Altas Mesetas Centrales" para descubrir el Altiplano boliviano, con el mundialmente conocido salar de Uyumi.